martes, 5 de agosto de 2014

Meditaciones balconianas

balcones 1
                      "Balcones 1" - Juanjo Tellols, España: Dibujo (plumilla)
Detrás de cada balcón observable hay una historia escondida cuyos puntos suspensivos pueden completarse de acuerdo a la cantidad de veces y situaciones en las que se ha podido observar. Así, la historia porcentualmente más certera, será aquella cuyo balcón haya podido observarse en días de tormenta, noches de cuarto menguante y tardes de sol. 


Aquellos balcones cuyas persianas permanecen cerradas hasta pasado el mediodía en días de semana, pertenecen a turistas taciturnos, amantes extranjeros y artistas foráneos. 

Las hamacas paraguayas delatan aventureros y expedicionarios frustrados, adoradores en la infancia de Tarzán y enamorados de la siesta. Recuerde el lector y remarco, que siempre es una buena ocasión para dormir la siesta. 
Aquellos de los que penden bicicletas de un hilo, en cambio, acusan dueños que de pequeños soñaban con ser equilibristas. 

Los balcones fetichistas atesoran cactus de diversos tamaños, cazadores de sueños coloridos, mandalas de fino trazo, bonsais y mesas color mondrian.

Aquellos balcones cuyos dueños mantienen vedados y cercados con rejas, desiertos de flores y ausentes de pájaros visitantes (aun de las palomas) llevan una vida monótona: una sucesión de días unos iguales a otros, desempeñando una profesión aburrida como contador o un trabajo hermético.  Existe un 93.124% de posibilidades de que un balcón insignificante pertenezca a un analista de sistemas. 

Los balcones de estilo imitan en sus columnas los estilos dórico y jónico y ostentan gárgolas que de noche se comen los mosquitos y ahuyentan vampiros errantes.

Por las injusticias del mundo, la ley del karma o acaso el fingido azar capitalista la mayoría de los balcones de estilo francés pertenecen a ciudadanos del globo que nunca han oído hablar de Edith Piaf, Jacques Brel ni de Georges Brassens; y a personas para las que Verlaine es el nombre de un queso que se unta sobre una tostada. 


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