sábado, 10 de mayo de 2014

Todo lo sólido se desvanece en el aire - "La llave"

¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos?"
Eduardo Galeano.


Hace poco más de una semana de la suspensión de la negociación de paz de Israel con el pueblo palestino. Negociación que se suma a los procesos diplomáticos fallidos que fracasan desde hace más de una veintena de años: desde los intentos en Oslo (1993 y 1995) y Camp David (2000) por frenar la ocupación; hasta los de Taba (2001), Annapolis (2007), Washington (2010) y los actuales auspiciados por Estados Unidos para reiniciar las conversaciones de paz en pos de la reconciliación entre israelíes y palestinos.
Mientras tanto y desde el año 2002, argumentando la necesidad de proteger a los civiles del pueblo de Israel del terrorismo palestino, el "Muro de la Segregación Racial" se erige a lo largo de la Línea Verde y en Cisjordania a través de miles de kilómetros de hormigón, púas y espanto, separando a más de 640000 palestinos de sus familias.

Bajo el dominio militar israelí, hace ya más de 47 años, la población palestina lucha por despertar de la pesadilla que nunca soñó. La misma en la que familias son brutalmente separadas sin razón aparente, sin siquiera respetar las visitas que se autorizan dos veces al mes. La misma en la que las detenciones son arbitrarias y sin previa acusación un ciudadano que no cometió ningún crimen, por el solo hecho de pertenecer al pueblo palestino, es arrestado durante un tiempo incierto que se extiende más allá de los 6 meses que establecen como máximo las leyes de detención; sin derecho a un abogado o defensa alguna. Un sueño horrible en el que ni las mujeres embarazadas pueden abrazarse a su libertad. En el que los hombres son "evidencia secreta" y deben permanecer solitarios encerrados a la espera de que por fuera de los barrotes su familia no haya sido alcanzada por la injusticia. Es el relato de la distopía de la tierra en la que los olivos en flor no renacerán la próxima primavera. Son arrancados como si en cada uno se extinguiese la memoria del pueblo que no se secará, y que aún sobrevive.
Con el auspicio de la Embajada de Palestina, "La Llave" retrata a la perfección la historia de una niña, en el marco de una diáspora del pueblo Palestino, que sueña hasta despierta con escapar.

La cita es los días viernes en el "Paraje Artesón", un antiguo PH remodelado en el barrio de Almagro, donde desde los pasillos de la antesala a través de la mirada inefable de Davide Casali plasmada en sus fotografías, nos es posible aclimatarnos como cuando en un abrir de ojos se apaga la luz.
"¿Por qué estás aquí? ¿Cuál es tu nacionalidad? ¿Dónde está tu papá? ¿Cuál es tu idioma? ¿Por qué tienes ese acento?" Las voces se multiplican y alimentan la pesadilla de la niña que desde su habitación planea con doloroso placer el escape, como si el hilo del que todos sus sentimientos penden no fuese invisible y se hiciese insondable. Abraza sus orígenes, y huye del destino entre los juegos que inventa para alimentar la leyenda que hace que se olvide por un rato que en el departamento al que se ha sido confinada, todo huele a viejo y de las naranjas de la abuela solo le queda el recuerdo.
Sherry Denis hegemoniza el tiempo con un excelente dominio de la escena, en la que el trabajo de entrenamiento y expresión corporal de Liliana Lago monopolizan la atención en el cuerpo de la niña que en la oscuridad le teme a su propia luz. Las sábanas esconderán los vestigios del pasado y se irán arremolinando y desenrollando a medida que el miedo  desaparezca y la historia del príncipe y la bella mujer extranjera, acalle los violines y los chelos tensos que no la dejan dormir. Nada queda detrás de ella sino su pasado. Lejos están los recuerdos que con angustia vuelve realidad. Lejos está su familia y cerca el acoso de las armas invasoras. Desde el rincón del mundo en el que se encuentra decide ya no ser aquella que no es. Es tal vez la invitación a desafiar a un Plutón que no cerrará por siempre las puertas de la vida. Por el contrario es el momento de asumirse como sujeto de cambio y de reconocerse entonces y para siempre en las injusticias propias, alzándose al hombro las ajenas, echando mano a la llave.
"La Llave", del Colectivo Teatral de "Los Cuatro" nos interpela y nos llama a la reflexión, para que aún desde la diáspora en la sala nos sea imposible no intentar escapar en la búsqueda de las llaves que liberen al mundo de la opresión, así más no sea desde el plano del pensamiento.




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Ficha técnico artística:
Dramaturgia: Fabio Liberman, Daniel Mulieri/ Intérprete: Sherry Denis/ Entrenamiento y expresión corporal: Liliana Lago/ Dirección y puesta en escena: Fabio Liberman, Daniel Mulieri/ Iluminación: Rocío Valin. Producción general: Los Cuatro-Colectivo-teatral.
Web: http://www.facebook.com/loscuatro.colectivoteatral.
Duración: 60 minutos. Paraje Artesón: Palestina 919, timbre 2. Capital Federal, Argentina. Web: http://www.parajearteson.com.ar - Entrada: $ 70,00 - Viernes - 21:30 hs.

Publicado en:
http://www.ambar-revista.com.ar/index.php/noticias/teatro/item/187-la-llave-todo-lo-solido-se-desvanece-en-el-aire

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